lunes, 24 de enero de 2011

Extrañas confesiones

¿Saben lo que significa predecir el futuro, verlos atraves de tus actos, a donde saber que conduce cada paso?
pues debo decir que simplemente yo no podría, ni el mas agudo de mis sentidos podría predecir las variables al confesarte lo que siento hoy por ti, como poder predecir tu mirada al oírme hablar, como poder describir lo que siento con esa mirada intensa atravesándome.

No creo poder confesar lo que hoy siento, lo que estas pesadas cadenas anta a mi piel y consciencia. Mejor persuado al destino con dulces palabras para que traigan a ti la realidad de mis pensamientos, que se vuelva obvio para ti lo que solo ahora son mi vagos sentimientos, que descubras por ti, lo que pasa que no sea a mi quien tu mirada juzgue y desprecie al romper lo que paresia ser un sueños de ambos donde solo estaba yo, buscando las maneras mas absurdas de llamar la atención.

sábado, 1 de enero de 2011

Viejas cartas, viejos amantes.

Recordar el pasado es fácil en esta época. Con mis recuerdos, los olvidos, el pasado y la pasión  me traen a la mente  estas cartas de amor y de melancolía provocadas por la distancia, conociendo al hombre atra vez de sus palabras y tinta.



                                                                Querida josephina
No he pasado un día sin amarte; no he pasado una noche sin estrecharte en mis brazos; no he tomado una taza de té sin maldecir la gloria y la ambición, que me tienen alejado del alma de mi vida.

En medio de las tareas, a la cabeza de las tropas, al recorrer los campos, mi adorable josefina está sola en mi corazón, ocupa mi espíritu, absorbe mi pensamiento.

Si me alejo de ti con la rapidez de la corriente del Ródano es para volverte a ver más pronto. Si, en plena noche, me levanto para trabajar, es porque ello puede adelantar en algunos días la llegada de mi dulce amiga, y no obstante, en tu carta del 23, del 26 Ventoso, me tratas de vous. ¡Tú misma me tratas de usted! ¡Ah, malvada! ¿Cómo has podido escribir esa carta? ¡Qué fría es!... ¡Ah, qué sucederá dentro de 15 días!...

Adiós, mujer, tormento, dicha, esperanza y alma de mi vida, que amo, que temo, que me inspira sentimientos tiernos que me llaman a la Naturaleza y movimientos impetuosos tan volcánicos como el trueno.

Yo no te pido amor eterno ni fidelidad, sino solamente…verdad, franqueza sin limites. El día en que digas te amo menos será el último de mi amor o el último de mi vida.

Si mi corazón fuese bastante vil para amar sin ser correspondido lo destrozaría con mis dientes. ¡Josefina! ¡Josefina! Acuérdate de lo que te he dicho algunas veces: la Naturaleza me ha dado un alma fuerte y decidida. Ella te ha hecho de encaje y gasa. ¿Has dejado de amarme?...