lunes, 7 de mayo de 2012

El beso inmortal



Hoy es noche de luna llena, apenas va la puesta de sol dando paso a la oscuridad, he venido hasta esta torre abandonada la cual esta como si fuese un faro a la orilla del mar para ver si tengo suerte de ver a mi salvadora.
Hace unos meses quise terminar con mi vida colgándome, las razones son muy simples y tal vez muy cobardes perdí el deseo de vivir, estaba cansado de tantas tonterías materiales y sentimentales, era el momento perfecto ya que había llorado a mi hermosa luna llena, la lluvia empezaba a caer lentamente no había un escenario mejor para morir, la cuerda estaba sujeta a mi cuello pero no la acomode de una manera correcta ya que de hacerlo me hubiese desnucado y fin de la historia, en vez de esto quede ahogándome en una horrible agonía y desesperación fue cuando ella salió de las sombras de esta torre me observo murmuro
-¿realmente deseas morir?
-No- dije con todas mis fuerzas
Se levanto como si volara a un metro del suelo y soltó la cuerda dejándome libre,
pude contemplar mientras me recuperaba que su piel era extremadamente blanca que no era humana, que parecía hecha de porcelana sus labios eran pequeños y de una tonalidad levemente rosa, sus ojos eran brasas ardiendo como los de un felino, sus cabellos negros que le cubrían parte del rostro ondulaban mientras su mirada  se perdía en el horizonte, la brisa marina le besaba el rostro y la salinidad se confundía con una lagrima que surgía de lo mas profundo de mi alma, ella lloraba sangre una lagrima  muy fina y triste prolongándose hasta sus mejillas, la perfección lloraba ante mi y yo simplemente no podía hacer nada salvo perderme en esa figura angelical que sufría un dolor tan sobrenatural y a la vez tan humano.
ella se esfumo de pronto frente a mi se perdió como la espuma del mar cuando la ola se rompe y de esa fuerza ya no queda rastro en el inmenso azul, me di cuenta tras venir cada noche que solo se aparece a aquí cada luna llena y aun que al principio me ignoraba y desaparecía, comenzó a hablar con ella resultaba verdaderamente placentero poder compartir lo mas secreto con ese hermoso espectro, me enamore completamente de ella y sé que Kayri sentía lo mismo por mi, su nombre real jamás debería de revelarse, una noche por fin pude tener la dicha de robarle un beso sentía sus fríos labios pero su aliento era cálido, al igual que su presencia ella era todo en mi, le dije:
 -Kayri quiero decirte una verdad que ya no puedo callar aquí usando al mar y al cielo de testigos yo te amo sin importar lo que tu eres.
-Si tu supieras quien soy en verdad jamás podrías amarme, yo soy una homicida, tengo que matar para vivir y sabes lo disfruto ¿puedes vivir con ello?
-Me estremece lo que dices pero no me importa incluso si tu quieres seré tu ultima cena si así lo quieres y deseas se parte de mi o déjame ser parte de ti no importa nada, tu lo eres todo en mi.
-Hace años yo convertí a un joven que decía amarme, era dulce un buen mozo pero no soporto la idea de lo que era, en esta torre se quedo parado allí donde quisiste suicidarte y espero la venida del dios sol para entregarse a la eternidad, me dejo por que no soporto lo que yo era, no quiero volver a pasar una pena igual. 
 -Entonces aquel ser solo te deseaba pero yo realmente te amo, quiero estar contigo si es la eternidad misma la que lo dispone.
 Eso dijo aquella noche y no volvimos a hablar desde entonces así que ahora esperare a que venga para verle a un que sea un momento para perderme en ella de nuevo, se escuchan unos pasos se van acercando tiene que ser ella, espero pero entran tres chicos  y un hombre mayor parece ser un sacerdote, se acercan a mi y dice uno de ellos:
-¿Dónde esta el monstro que mato a mi hermano?
-Dinos ¿donde la escondes? y te dejaremos vivir
-Yo no sé de que hablan, por favor váyanse no quiero problemas dije.
-Hijo tu alma va a salvarse del fuego infernal si nos conduces a su guarida.

Yo moví la cabeza en forma de negativa mientras ellos molestos me golpeaban, encontraron una puerta en lo profundo de la torre a donde me obligaron a bajar, podía escuchar el tumbo de las olas y la humedad de aquel álgido lugar que estremecía lo mas profundo de mi ser, eran un sinfín de escalones los que seguíamos bajando hasta que llegamos a una puerta de hierro tan pesada y gruesa que no podían moverla, me obligaron a ayudarles entre los cinco y con mucho esfuerzo logramos moverla lo suficiente apara pasar de lado a aquella estancia, el lugar no tenia nada de sobrenatural estaba iluminado por una antorcha y lo unió que me erizo la piel fue ver un ataúd cubierto de oro e incrustaciones de plata en medio de aquel cuarto, ellos apresurados lo abrieron con mucho esfuerzo pues se encontraba una tapa de un gran tamaño protegiendo a lo que tuviese dentro, mas para cuando se abrió la sorpresa fue grande no había nada, solo el forro de piel y una manta de seda muy fina daba la impresión de que alguien o algo dormía dentro, yo sabia que se trataba de Kayri quien de un momento a otro salió del suelo y los golpeo con mucha facilidad uno de ellos me dejo inconsciente cuando reaccione era demasiado tarde Kayri estaba recostada con una estaca en su corazón, me levante colérico solo quedaba con vida el sacerdote quien al verme sonrió diciendo:
-La vida de 3 jóvenes se fue pero el mal a sido muerto por manos del bien, ahora todo estará en paz en la salvación de Dios.
-Le enseñare lo que el amor puede  hacer-dije.
Salte sobre él lo golpee tan fuerte tantas veces como mi fuerza me permitió al final tome una especie de daga que estaba tirada en el suelo probablemente fuera de alguno de los muertos, la clave una y otra y otra vez en su corazón para dejarle en el mismo estado en el que yo me encontraba con el corazón destrozado sin mi amada,
 llore amargamente le retire la estaca la acosté en su ataúd le cubrí con su manta, tome la daga pues su sangre aun estaba caliente le abrí la muñeca y bebí su sangre la poca antes de que se coagulara, me corte de igual forma y puse en sus labios mi sangre, de pronto sentí un terrible dolor tan fuerte que sentí como la vida se me iba, al despertar me di cuenta que el mundo era diferente, mi fuerza había aumentado pues pude sin ningún esfuerzo abrir la puerta de hierro, ahora era un vampiro, pero Kayri estaba muerta la vida sin lo que amas es peor que la muerte misma, no quería existir sin mi amada, subí hasta la parte superior de la torre esperando la salida del sol, el nuevo amanecer besaría de igual forma al Dios sol para que me trajera la muerte definitiva, pero de pronto algo me jalo con tal fuerza que caí descontroladamente hasta la puerta de hierro, Kayri estaba con vida al parecer mi sangre le ayudo a sanar aun que lentamente, ahora cada noche de luna llena se ve en la vieja torre a dos amantes que reclaman sangre en sus venas y llevan consigo al beso  eterno del amor inmortal.  

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